RE:CYCLE OF THE PENGUINDRUM: KOUHEN - BOKU WA KIMI WO AISHITERU
MOVIE
Dubbed
SOURCE
ORIGINAL
RELEASE
July 22, 2022
LENGTH
142 min
DESCRIPTION
The second film in a duology compiling the Mawaru Penguindrum anime with new elements.
In order to save the life of their younger sister Himari, twin brothers Kanba and Shoma Takakura search for the Penguindrum under the command of a mysterious penguin hat. Meanwhile, believing in her own destiny, high school girl Ringo Oginome continues to make the events written in her diary come true. All the while, Masako Natsume continues trying to get her hands on Ringo’s diary in order to find guidance to a new destiny. Ten years have passed since they began searching for the Penguindrum, and now Kanba and Shoma, who once boarded a train that changed their destiny, have returned for a moment from that destined place.
(Source: Otapedia)
CAST
Ringo Oginome
Marie Miyake
Himari Takakura
Miho Arakawa
Shouma Takakura
Ryouhei Kimura
Kanba Takakura
Subaru Kimura
Sanetoshi Watase
Yutaka Koizumi
2-Gou
Ryouhei Kimura
Masako Natsume
Yui Horie
1-Gou
Subaru Kimura
3-Gou
Miho Arakawa
Momoka Oginome
Aki Toyosaki
Yuri Tokikago
Mamiko Noto
Esmeralda
Yui Horie
Keiju Tabuki
Akira Ishida
Hibari Isora
Yui Watanabe
Hikari Utada
Marie Miyake
Kenzan Takakura
Takehito Koyasu
Mario Natsume
Kazusa Aranami
Purin-chu Penguin
Sumire Uesaka
Chiemi Takakura
Kikuko Inoue
Washizuka Ishi
Yuusaku Yara
Yuri no Chichi
Naoya Uchida
Mother Tabuki
Aya Hisakawa
Shirase
Souya
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REVIEWS
dotmyri
85/100After 1945, we were born. The trembling 1985, the past belongs in the past.Continue on AniListMawaru Penguindrum es una obra testimonial: una manzana mordida - un pedazo de carne vegetal devorado, integrado a un sistema, pero que ya no puede retornar a su forma original. Hay determinados ángulos desde los que si se observa es posible concluir que la manzana sigue, en efecto, completa, pero es en la pluralidad de visiones que se revela el trozo faltante, el desgarro absoluto que diferencia a la manzana en sí de la manazana mordida.
Penguindrum es esa pluralidad de testimonios haciendo eco sobre una de las tragedias más surreales de la historia moderna. Cada que leo sobre el Aum Shinrikyō algo se retuerce en mi interior. Es el realismo en el realismo mágico, uno de esos momentos tan únicos en la vida humana en que el mundo deja de presentarse como materialidad.
La historia de un país se hace ficcional, los símbolos dejan de ser grabados representacionales arrojados sobre todas las imágenes que consumimos día a día, para trasladarse a un universo congelado para el que no hay discurso preparado. No es hasta años después que se procesa siquiera qué fue lo que ocurrió, y la única conclusión resultante es que, en efecto, ahora estamos mucho peor. En Mawaru, es un infierno donde todo remite al lenguaje del pingüino.
El ataque de gas sarín al metro de Tokio tiene un componente onírico que lo vuelve inquietante - tan intrínsecamente sensacionalista y tan articulado alrededor de su relato como cuento (de terror) que volcarse a discutirlo políticamente hace aguas por donde quieras tomarlo. Asahara trajo un Aleph a la realidad, y miles de personas pagaron las consecuencias.
Instantes donde solo tiene sentido hablarle a Dios, intentar leer sus mensajes a través de las rendijas luminosas de la historia. Darse media vuelta y descubrir que jamás hubo orden ni justicia, solo ruinas.
La estética de Mawaru es una revisión sofisticada de la imaginería del tren, pero lo hace no como mera cita intertextual (como sería sencillo recalcar de cara a Night on the Galactic Railroad) sino porque comprende que la realidad que atraviesa a todos sus personajes (a todas sus víctimas) es una recreación hasta el infinito del ciclo, del recorrido circular del metro. Subyacente a la experiencia misma de vivir en la urbe, de estar atrapado en los espacios de una tragedia que involucra, incluso, a generaciones que no la vivieron.
Y el metro no es más que movimiento ininterrumpido con pequeños instantes de reposo - un vehículo a toda velocidad que interconecta el mundo moderno, un registro comercial que atestigua su funcionamiento, pero en el que se circula anónimamente. Cuando el metro falla, cuando deja de funcionar, la ciudad entera se paraliza.
Mawaru Penguindrum presupone la ingenuidad de este relato. "Los hijos de" se perfilan como una sentencia que suscita la empatía, pero una dirigida hacia ningún lugar. Justos pagan por pecadores, o en este caso, hijos de criminales religiosos. Y ese es quizá el mayor error de estas recopilaciones - tener que elegir enfoque en pos de acortar la duración de la serie original.
RE:cycle toma partido, se posiciona en querer seguir la lectura de un bíblico 'sins of the father', cuando varias de las aristas más interesantes que manejaba el anime eran precisamente testimoniales. Los ecos de una tragedia presenciada son distintos de quienes la interiorizan racionalmente desde la distancia. El testimonio no permite analizar la estructura, sí, pero hay eventos oníricos para los que ni siquiera hay marco teórico con el que trabajar.
Mi querido futuro, tu querido futuro - el petitorio es hacia un tiempo irrealizable, inalcanzable para sociedades que se niegan a permitir que se cierre la herida política, peor aún si son incapaces de explicarla. Llegado ese punto de absoluta incomprensión, cada quien vela por su propio relato anclado en las tragedias que le ha tocado soportar.
Sanetoshi, como otras figuras similares, es uno de esos monstruos que rompen la barrera de la mortalidad. Efectivamente, hay personas que viven con todavía más intensidad incluso después de la horca. Peor todavía si logran consagrar el último paso hacia la inmanencia - hacerse símbolo.
En un mundo de anónimos, donde los existentes (aquellos que portan rostro) son solamente a quienes decidimos prestarles atención, el símbolo no puede existir sino como propaganda. Recuperar el símbolo es recuperar el significado, es volver a encontrarte en el futuro.
En toda ciudad anclada en su pasado los anónimos son los olvidados, siluetas que transitan pero que jamás adquieren nombre. Es solo a través de dar voz y contar lo que no fue narrado que las tragedias comienzan a dilucidar dirección. El mayor pecado de una sociedad es convertir a su población en sujetos invisibles: la vida entendida como un castigo pactado tácticamente por los padres al momento de permitirte nacer.
En un contexto de indefinición no hay significado posible ni referente al que atribuir sentido, la verdad misma se vuelve polisémica, aflora el revanchismo y entre víctimas se escinden las causas tanto políticas como pulsionales.
Soy de Santiago de Chile, capital que, al igual que Tokio, ha configurado alrededor del metro traumas políticos. De lejos las similitudes son minúsculas: dos colores compartidos en las banderas, y con un apresurado proceso de sofistifcación técnica a través del capitalismo. De cerca, el mundo se hace todavía más pequeño.
Vengo de un país atrapado en un trauma histórico, desanexado de herramientas que le permitan avanzar a su población. El pingüino se convirtió en herramienta simbólica, reiterada indefinidamente hasta que se agotó en su insignificancia. La revolución fracasó, y el poder del discurso no logró más que reiterar una y otra vez sus mismas agitaciones, palpitar al mismo ritmo, generar idénticos movimientos.
Es imposible avanzar sin acceder a mejores herramientas, y tanto en Mawaru como aquí, la vida pareció haberse agotado en el lenguaje del pingüino.
El pasado atraviesa a mi padre, marcado físicamente por el horror dictatorial. El presente me atravesó a mí, lesiones que me inmovilizaron en el momento en que todo se estaba agitando. El futuro, por su parte, es el único intangible de estos tres. Siempre en la incertidumbre, siempre en constante preparación, susurrándote al oído que prepares tu táctica de supervivencia.
Mi querido futuro, tu querido futuro. ¿Pero cuál futuro? Hay quienes viven por otros (Kanba, Masako), quienes viven simulando ser otros (Ringo), quienes viven incluso cuando ya no hay más que vivir (Himari), quienes existen sin haber podido vivir (Momoka) y quienes buscan en la vida algo que resuelva las posibilidades de conciliación que la violencia social les quitó (Yuri, Tabuki). Y también quienes viven incluso aunque su vida ya haya terminado.
La manzana fue el alimento prohibido de los primeros que estuvieron allí. A través de una mordida totalitaria, sin perspectiva divina, la humanidad fue condenada (visceralmente, según San Agustín, a través del sangrado vaginal que antecede al nacimiento de cada niño), y los primeros infantes sin propósito fueron dados a luz. Pero la manzana, antes que cualquier otra cosa, es un objeto compartible. Su rojo pulsional remite al amor, y su valor simbólico ha demostrado trascender cualquier contexto, cualquier vivencia, cualquier afecto.
A su propia manera, RE:cycle entiende que su posición como obra es conflictiva y desvirtua, lo quiera o no, los matices por las que se expresaba su precedesora. Necesita justificarse, reinventarse, y muestra bastante consciencia de las pérdidas que supone su formato, por lo que encuentra una nueva salida, un nuevo hilo conductor que repita el ciclo, esta vez amparado en una temática central (que no evento central) que ate todo.
Mawaru tiraba del hilo, RE:cycle existe por y para el hilo. Como su versión más joven, necesita marcar sus diferencias, rebelarse contra el padre y posicionarse críticamente en sus intereses. Es tan solo que quizás, a través de ese mismo ejercicio estético, que acaba negándose a esa simbiosis, esa orgía constante de tragedias que divergen de las acciones de un tercero. La pluralidad de relatos nacidos de un no-relato, una época posterior a 1995 en la que el pasado le pertenece al pasado, el presente se desvive en confusión, y el futuro permanecerá irresuelto.
Aishiteru.
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Ended inJuly 22, 2022
Main Studio Lapin Track
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Hashtag #劇場版ピンドラ #ピンドラ10周年 #PENGUINDRUM10TH